martes, 29 de septiembre de 2009

Alegraos: « ¿¡Con la crisis vivimos mejor!? »

Según defiende un reciente estudio, durante la Gran Recesión, la esperanza de vida aumentó en Estados Unidos gracias a la grave situación económica, precisamente.
En periodos de carestía las personas en edad laboral que están sin trabajo duermen más horas y aquellas que sí lo tienen trabajan más relajadas por el descenso del volumen de tareas. El aire está más limpio, a causa del descenso de la producción industrial, y se consume menos tabaco y alcohol, por el descenso de la capacidad adquisitiva. Estas consecuencias de la depauperación que experimentó Estados Unidos en la década de los años 30, contribuyeron a aumentar la esperanza de vida en 6,2 años y, al mismo tiempo, mejoraron en estado de salud de la población. A grades rasgos esta es la conclusión a la que llega el estudio “Life and death during the Great Depression”, de José A. Tapia Granadosa, Ana V. Diez Roux.
Leer este artículo me ha producido cierta extrañeza y, empujada por esta sensación, me he puesto a buscar estudios similares. Me llamaba la atención los puntos de conexión entre este estudio y una noticia que leí recientemente (“El bosque se llena de parados en busca de setas para vender”, el bosque es más saludable que muchos polígonos, pensé).
Poco me ha costado encontrar un reciente estudio cuasi opuesto: aunque la esperanza de vida suba ¿Qué calidad de salud mental tienen aquellos que sufren la crisis? El psiquiatra Robert T. London publicó el estudio “Economic Turmoil and Mental Health” donde afirma que con la reciente crisis económica se ha registrado un aumento de enfermedades como el estrés, la ansiedad, la depresión y el insomnio.
Según este psiquiatra, la Gran Depresión no sólo afectó a la generación de adultos que sufrió una oleada de despidos, carencias, colas de abastecimiento... Hoy se sabe que los estándares de comportamiento y enfermedades mentales de la siguiente generación fueron distintos a los de sus padres y se produjo un aumento de los índices de fobias y ansiedad.

NOTA MENTAL: Los dos estudios que aquí cito surgen de dos campos que no tienen nada en común. Tampoco el objeto de estudio es el mismo, pues el uno habla de demografía y esperanza de vida, y el otro de psicopatologías. Cualquier periodista puede fundirlos en un texto, como es el caso, y enfrentar sus ideas.
ALERTA, Es algo relativamente fácil de que pase en cualquier reportaje: el acceso global a la información también ha convertido en globales las fuentes de información.


Los dos artículos

No hay comentarios:

Publicar un comentario